El cáncer de mama es el cáncer más común diagnosticado en las mujeres:
1 de cada 8 mujeres tiene riesgo de desarrollarlo a lo largo de su vida
El tratamiento principal de esta enfermedad es la cirugía seguida de tratamientos adyuvantes, como la quimioterapia y la terapia hormonal, administrados para prevenir recaídas.
Sin embargo, el 40% de las pacientes con cáncer de mama tienen un riesgo de recaída prácticamente nulo y, por lo tanto, no reciben ningún beneficio de la quimioterapia. Estos tratamientos innecesarios se prescriben porque las herramientas diagnósticas disponibles no pueden determinar qué pacientes tienen bajo riesgo de recaída.
Actualmente, los perfiles moleculares se consideran un medio para ofrecer tratamientos seguros. Un perfil génico tiene interés si el grupo de buen pronóstico es numeroso y en este caso concreto, si permite evitar la quimioterapia adyuvante a un porcentaje sustancial de pacientes.
BioBreast clasifica a las pacientes con cáncer de mama localizado según tengan un riesgo alto o bajo de desarrollar metástasis; el grupo de bajo riesgo supone, aproximadamente, el 60% de las pacientes, frente a un 40% del grupo de alto riesgo.
BioBreast analiza dos procesos biológicos claves en la progresión tumoral: la capacidad proliferativa y la adhesión celular. Ambos procesos proporcionan una información diferente respecto al pronóstico, y al combinarse hace que este pronóstico sea más preciso que en los test empleados actualmente, basados principalmente en la capacidad proliferativa.
BioBreast incluye tres tests independientes:
